Con tres sencillos y efectivos pasos, la profesora Sarrah Saasa logra cerrar el ciclo de su clase de manera significativa.
Para lograr aprendizajes realmente significativos, enseñar los contenidos propuestos y avanzar hacia una educación que reconoce el valor del monitoreo constante, los profesores le asignan gran importancia a un elemento fundamental en la estructura de la clase: el cierre.
El cierre en una clase es además la última sensación con la que se quedan los alumnos y con esas sensaciones o emociones se enfrentarán a la siguiente clase. El objetivo, entonces, es poder concluir el proceso de aprendizaje de una forma adecuada y sencilla teniendo en cuenta los logros, las dificultades e incluso las emociones a las que se enfrentaron los alumnos.
Para ellos es esencial, pues de esta forma pueden reflexionar y autoevaluar sus propios aprendizajes de una manera general. Y para los profesores es fundamental como herramienta para planificar e incluso mejorar el enfoque o los instrumentos de enseñanza teniendo en cuenta las necesidades de todos los estudiantes.
El cierre no debe ser extenso, tampoco abrumador, simplemente debe ser una especie de síntesis y reflexión entorno a los aprendizajes. Pero, ¿cómo lograr un cierre adecuado en poco tiempo?
En sólo 7 minutos, Sarrah Saasa, una profesora en una escuela en India, ha logrado darle un cierre a sus clases de una forma concisa y efectiva.
Con su estrategia ella monitorea, analiza cómo estuvo la lección y logra entender qué aprendieron sus alumnos. Para Sarrah, esta etapa final es esencial pues implica lograr terminar la clase de la mejor forma. “No queremos que los estudiantes vayan a la siguiente clase de una forma abrupta. Queremos saber si ellos entendieron los conceptos, así que cerramos el ciclo con reflexiones cortas”, explica una docente en un video de Edutopia. Su estrategia se divide en los siguientes tres pasos:
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