La pedagogía del asombro es una estrategia pedagógica magnífica que no solo da excelentes resultados sino que también cambia la vida de los estudiantes en la escuela.
La sorpresa, también llamada asombro, perplejidad o sobresalto, es una reacción emocional espontánea, provocada por un acontecimiento imprevisto, por algo que no te esperas. No se puede clasificar ni como positiva ni como negativa, pero genera un impacto genial en el aprendizaje de los chicos.
También podemos referirnos a la sorpresa como un mecanismo de alertar frente a un peligro. Por ejemplo, estamos cruzando un semáforo o un paso de cebra con los niños y, de repente a lo lejos, vemos que se acerca un coche a gran velocidad. Nos sorprende que no tenga intención de parar, pero a su vez nos está diciendo que debemos correr para llegar al otro lado de la calle.
La sorpresa es muy veloz y podríamos decir que es la emoción más rápida de todas y, también, es la que más rápido se pierde con los años. Por ejemplo, un bebé de un año se sorprende por casi todo, porque todo es nuevo para él; sin embargo, según nos vamos haciéndonos mayores, nos cuesta mantener el asombro a diario.
A continuación, detallamos las razones para educar a nuestros estudiantes en la pedagogía del asombro.